viernes, 14 de mayo de 2010

Intervención educativa por áreas




Los profesores debemos tener en cuenta las necesidades individuales de cada alumno y sus características socioculturales y familiares para poder plantearnos las estrategias de actuación, así como cuándo utilizarlas y de qué manera.

En primer lugar, el profesor debe tener un buen nivel de conocimiento sobre el TEA, para poder trabajar adecuadamente con estos niños, puesto que sin dichos conocimientos, no podría ocuparse de todas las n.e.e que presentan.

Existen gran variedad de métodos y técnicas que se usan para la educación de los niños con TEA, pero uno de los métodos más significativos a los que pueden recurrir los profesores para trabajar con niños con autismo es el Programa TEACCH (Tratamiento y Educación de Niños con Autismo y discapacidades relacionadas), el cual se centra en la mejora de las habilidades ya aprendidas más que en el aprendizaje de habilidades nuevas dentro de contextos de su vida diaria, así como una buena estructuración del ambiente que les rodea. Este modelo llegó a España por iniciativa de la Asociación GAUTENA, de San Sebastián.

Este método hace posible que los niños afectados por TEA se interrelacionen con otros niños de centros ordinarios y, de esta forma, no serán rechazados por sus iguales.

Con la ayuda de este programa, se ha comprobado que los niños con TEA pueden estar escolarizados en centros ordinarios con niños que no presentan este trastorno. Pero se debe tener en cuenta que los cambios ambientales no deben ser muy bruscos, puesto que estos niños presentan grandes dificultades para aceptar los cambios.

Área de Conocimiento de sí mismo y autonomía personal

Lo primero de lo que debe asegurarse el profesor es que el niño se dé cuenta de que forma parte de este mundo. Para que esto sea posible, el profesor debe: Relacionarse con el niño de una forma sencilla para que él le comprenda, de una forma predictible, ordenada y no caótica; Poner límites a su conducta no adaptada; Reforzar de forma discriminativa sus conductas más adaptadas y funcionales; Planificar situaciones estables y estructuradas; En sus órdenes e instrucciones debe ser muy claro con el niño; La actitud, en general, directiva en la planificación de actividades.

Todas estas pautas pueden ser entrenadas, pero para ello, es imprescindible que el profesor compruebe que el niño le está escuchando.
Los pictogramas serán imprescindibles para cualquier actividad que se vaya a llevar a cabo con el niño.

Área del medio físico y social

Una de las características del desarrollo de los niños con autismo más fuertes y con consecuencias más negativas se da en el desarrollo social.
Este área se ve deteriorada además por el déficit en el desarrollo del lenguaje y el rango de desarrollo cognitivo, influyendo en la manera que se interrelaciona socialmente el niño con autismo.
Los aspectos que debemos trabajar según Charman, Baird (2002), Rivière (1997), Sibón (1997), son: Aprender a ponerse en el lugar de otros; Retroalimentación del niño hacia la familia; Ambiente estructurado y pautado; Aprender habilidades para desenvolverse en su entorno social; Comprender lo que sucede a su alrededor.


Área de comunicación y representación

Debemos tener muy claro que la adquisición del lenguaje de los niños con autismo va a ser más lenta que la de los niños sin dicho trastorno. El educador y los padres deben tomar un papel muy activo en la enseñanza del lenguaje.
La enseñanza del lenguaje se debe basar en las funciones comunicativas y en el momento evolutivo de su aparición.

Es importante la interacción del niño y el profesor. Éste último debe promover el juego simbólico. Los juegos simbólicos se deben hacer con pautas de interacción e imitación claras y muy estructuradas, sobre acciones de la vida cotidiana del niño muy significativa para él (baño, comida, vestirse, acostarse...).

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